lunes, 28 de febrero de 2011

1. Del nacimiento a la vida adulta

¿Aceptación o abandono?

Cuando un niño o niño nacía, era colocado a los pies del padre. Si este lo levantaba y lo cogía en sus brazos, se le reconocía como su hijo y se comprometía a ofrecerle una educación y crianza, en cambio, si lo rechazaba y lo dejaba a sus pies, quería decir que no lo reconocía como su hijo, por lo tanto se dejaba en la llamada columna lactaria, que se encontraba delante del templo de la Pietas.


Imagen de un niño con una serpiente.


El fin que tenía dejarlos allí era desentenderse del niño o niña y dejarlo al alcance de quien quisiera adoptarlo. Normalmente lo cogían otros ciudadanos para utilizarlos como esclavos.
Los niños que nacían con alguna enfermedad o eran más débiles los eliminaban.
Muchos ciudadanos adoptaban niños para que la familia no careciese de descendencia.

El niño recién nacido recibía el nombre, que se componía de tres partes:

- Primero el praeonomen (nombre de pila)
- Segundo el nomen (nombre de familia)
- Tercero el cognomen (el de algún que lo distinguiera)

Un ejemplo muy claro de esta estructura es del conocido personaje Cayo Julio César: Cayo (praenomen), Julio (nomen, correspondiente a la familia Julia) y César (cognomen, que significa 'peludo').


Estatua de bronce de Julio César, en Rímini.


Las mujeres solo recibían el nomen y el cognomen.

A los niños desde el primer día se le ponían amuletos como los sonajeros.
Los primeros cuidados y la lactancia lo disponía una nodriza.

Nodriza del futuro Luis XIV.

No hay comentarios:

Publicar un comentario